Bueno, bueno, bueno... Ya queda menos para el nuevo año, cómo pasa el tiempo. Miedo da pensar en todo aquello que vamos dejando para cuando se pueda. A veces poder, poder... Nunca se puede y simplemente hay que hacer un gran esfuerzo diario para seguir alentando nuestros sueños, objetivos e inquietudes. Aunque al final, toque lanzarse al abismo de la incertidumbre e ir a por todas, pase lo que pase, como último recurso.
Intuyo que bastante de todo ello tendrá este 2009, que así programado a corto plazo; no debiera ser más que otro número en nuestro monótono calendario. Aún así, espero y deseo comenzarlo con el ímpetu y la decisión que me otorguen la fuerza necesaria para dar la última zancada hacia ciertos proyectos de rasgos todavía inacabados.